
¿Es perder peso lo que realmente necesitas?
Cuando decimos que queremos perder peso, lo que en realidad estamos buscando es mejorar nuestra composición corporal. Es decir, aumentar nuestra masa muscular, reducir el porcentaje de grasa y la cantidad de grasa visceral. Sin embargo, lo primero que tienes que tener en cuenta antes de nada es que…

...EL PESO NUNCA ES EL PROBLEMA
Créeme cuando te digo que el peso nunca es el problema. Puedes tener más o menos masa grasa o un cuerpo más grande o más pequeño que lo normativo y no pasa absolutamente nada. Si quieres valorar tu salud y cuidarte como es debido tienes que tener en cuenta esto y no tu peso:
- Primero y lo más importante, ¿tú cómo te sientes? ¿Tienes energía, vitalidad, te sientes bien o vas cansado a todas partes, te duele todo, te sientes inflamado?
- ¿Cómo es tu alimentación? ¿Sabes qué es lo que tu cuerpo necesita para sentirse bien y comes de manera consciente, eligiendo cada cosa según lo que tú consideres en cada momento?, ¿o te sientes perdido, no sabes qué es lo que te viene bien y comes por inercia, por costumbre o incluso por premio o por castigo?
- ¿Cómo es tu actividad física? ¿Te mueves a diario y practicas actividades que disfrutas de verdad y que te suponen un reto?, ¿o te pasas la vida en una lucha contínua entre el “tengo que ir al gimnasio” y “no puedo moverme del sofá”?
La mayor parte de las personas, responderán de manera negativa a las 3 preguntas: no se sienten bien, no saben comer de manera adecuada y no consiguen realizar actividad física. Y aquí está su problema realmente y no en esos “kilos de más”. Si eres una de esas personas, tendrás que empezar por solucionar estos 3 factores antes de pensar en cómo es tu cuerpo, pero si ya has conseguido tener un hábito de vida que te haga sentir bien de verdad, comer de manera consciente y saludable y moverte a diario y realizar deportes que te encantan, ahora sí podemos hablar de composición corporal.
¿Cómo puedo mejorar mi composición corporal?
Seguro que habrás oído hablar del déficit calórico, la supuesta clave para perder peso: comer menos de lo que necesitas. En eso es en lo que están basadas todas las dietas para perder peso y no es que vayan muy desencaminadas, pero resulta que ese déficit calórico lo hemos hemos estado haciendo mal siempre. La cuestión no está en ir comiendo cada vez menos de lo que se gasta, si no en ir gastando cada vez más.
Te lo explico…

la historia de una dieta: el enamoramiento 🎻
Imagina que gastas unas 2000 kcal de media al día en tu vida normal y estás comiendo unas 2500 kcal de media, le que ocurrirá (muy a groso modo) es que “engordarás” cada día esas 500 kcal de más que no necesitas. Y así un día tras otro hasta que digamos basta ya y queramos perder eso que hemos engordado.
Nos ponemos a dieta, pues. Hacemos una dieta de 1500 kcal, clásica, fácil de llevar, nada del otro mundo. Ahora ya no estaremos engordando sino que, por el contrario, tendremos que sacar 500 kcal de nuestras reservas cada día para cubrir nuestro gasto normal de 2000 kcal, por lo que iremos perdiendo peso. Hasta aquí todo genial, pero unas semanas o meses después llega el «problema»: las adaptaciones.
Nuestro cuerpo no entiende de dietas ni de que nos privemos de alimento a propósito, el pobre se ha esforzado mucho por evolucionar en un entorno de más escasez que abundancia y nos ha hecho capaces de adaptarnos a toda situación adversa. Por lo que cuando ve que llevas un tiempo sufriendo esa situación adversa (la dieta), genera una serie de cambios en nuestro organismo que harán que, entre otras muchas cosas, ya no gastes 2000 kcal en tu día a día, sino que ya seas capaz de vivir gastando únicamente esas 1500 kcal que estabas ingiriendo.
El estancamiento 😐
Ahora es cuando llega el estancamiento típico de las pérdidas de peso, ¿qué hacemos?. Pues suelen ocurrir estas 3 opciones:
- Nos frustramos y mandamos la dieta a freír espárragos 😏
- Dejamos la dieta porque ya estamos satisfechos con nuestro peso.
- “Metemos más caña” y bajamos aún más la ingesta calórica a unas 1000 kcal al día.
En el primer y segundo escenario, lo que ocurrirá es que volvamos a comer como antes, es decir, volveremos a consumir 2500 kcal de media al día. Volveremos a engordar. Si, por el contrario, seguimos intentándolo y bajamos más las calorías, seguramente sigamos perdiendo peso, pero en un tiempo volverán a aparecer las mismas adaptaciones y la cosa ya se pondrá fea: ahora tenemos un metabolismo lentísimo, hemos perdido masa muscular, nos faltan nutrientes esenciales, nuestra relación con la comida está peor que nunca, entre otras tantas repercusiones negativas.
El golpe de realidad 👊
Esa dieta será insostenible a largo plazo, por lo que tarde o temprano la dejaremos y volveremos a comer como antes: 2500 kcal o seguramente más. Ocurrirá el llamado efecto rebote, engordaremos rápidamente y no sólo eso, sino que arrastraremos todos esos problemas que hemos generado por el camino: mala relación con la comida, déficit de nutrientes, poca masa muscular, autoestima por los suelos, etc. Además, tu cuerpo tendrá memoria, estas adaptaciones no se irán fácilmente y se convertirá en un experto de acumular reservas por si se la vuelves a liar así y le vuelves a tener muerto de hambre otra temporada más adelante.
Es cierto que hay personas que consiguen no volver a engordar, manteniéndose toda la vida en un contínuo de dieta-ejercicio a modo castigo y control. Bueno, no hace falta decir que eso es una conducta totalmente perjudicial para uno mismo.
la ruptura 🥲
Llegados a este punto, espero que estés convencido de no hacer dietas ni aunque quieras modificar tu composición corporal y no sólo tu peso, ni aunque hagas ejercicio y comas sano. Y entonces me dirás, vale muy bien, pero entonces, ¿cómo modifico mi composición corporal?. La clave es la siguiente: rodéate a diario de alimentos saludables de verdad (verduras, frutas, legumbres, carnes de las buenas, pescados, huevos, frutos secos..) y come de manera natural, según te lo pida el cuerpo y sin restricciones, mientras que a la vez aumentas tu gasto calórico haciendo más ejercicio, cada vez mejor ejecutado y más efectivo. De esta manera las adaptaciones de tu cuerpo serán todas positivas, estarás bien nutrido, aumentarás masa muscular y reducirás la masa grasa que tu cuerpo necesite reducir.
LA CONSTANCIA ES LA CLAVE
Sin embargo, esto no funciona realmente si no lo sigues toda la vida. Sí, he dicho toda la vida y sé que asusta, pero es así. Si seguimos con la mentalidad de dieta, de que estas cosas deben ser temporales, un sufrimiento de unos meses y luego ya a ser feliz con nuestra antigua vida, estamos advocados al fracaso. Por ello, tu alimentación nunca debe ser una dieta restrictiva y exigente y el ejercicio no debe ser un medio de castigo, de “quemar grasa”, de adelgazar. Deben ser tomados como la manera de cuidarnos, nutrirnos y disfrutar de los alimentos y de nuestro cuerpo. Solo así conseguiremos mantener una dieta saludable y ejercicio frecuente a largo plazo y esto es lo que nos hará cambiar realmente nuestra composición corporal y, sobretodo, nuestro bienestar.
Comprenderás que algo que es tan importante y para siempre no se consigue de la noche a la mañana, hay que aprender cómo alimentarse y ejercitarse, e ir probando e investigando por nuestra cuenta no nos suele servir de nada. Por lo que siempre te recomiendo acudir a profesionales: dietistas nutricionistas (los profesionales sanitarios, no imitadores) y entrenadores cualificados. No te dejes tu salud en manos de influencers, la vecina del 5º que todo lo sabe o el tío del gimnasio que está cachas.

Con Mediterranean Metodo te ayudo a crear un hábito de alimentación
saludable que se adapte a ti y lo disfrutes al máximo 😊
