
¿Te cuesta mucho perder peso, aunque comes bien y haces ejercicio?
Perder peso, en el sentido de perder masa grasa, no es tan sencillo como siempre nos han contado. Hay muchos factores implicados que debes tener en cuenta para conocer cuál es tu situación y saber qué hacer al respecto.

descubre 5 razones y sus soluciones
1. has seguido dietas estrictas
Cuando hacemos dietas muy hipocalóricas, nuestro cuerpo sufre una serie de adaptaciones que cambian su metabolismo: nos volvemos más capaces de ahorrar energía y por lo tanto formamos más rápidamente los depósitos de grasa y nos cuesta más destruirlos.
- Solución:
Opta por una alimentación equilibrada y sostenible a largo plazo. En lugar de dietas extremas, enfócate en comer una variedad de alimentos saludables, incluyendo proteínas magras, grasas saludables, y carbohidratos complejos. Consulta a un nutricionista para crear un plan de alimentación que se ajuste a tus necesidades y estilo de vida.
2. tienes poca masa muscular
Aunque hagamos ejercicio, si no entrenamos la fuerza, la pérdida de grasa será casi inapreciable. La masa muscular requiere de mucha energía para crecer y mantenerse, por lo que entrenarla hará que consumamos nuestros depósitos de energía, es decir, la grasa.
- Solución:
Incorpora entrenamiento de fuerza en tu rutina de ejercicios. Levantar pesas, hacer ejercicios de resistencia o practicar actividades como el yoga o pilates pueden ayudar a aumentar tu masa muscular y, por ende, tu metabolismo.

3. tienes disbiosis
Disbiosis significa tener una microbiota no saludable, lo cual puede influir en nuestro peso. En concreto, tener una mayor candidad de bacterias Firmicutes se ha relacionado con obesidad, ya que estas bacterias hacen que podamos obtener una mayor cantidad de energía de de los alimentos que consumimos.
- Solución:
Cuida tu salud intestinal consumiendo alimentos ricos en fibra, probióticos y prebióticos. Incluye en tu dieta alimentos fermentados como el yogur, el kéfir, el chucrut y los vegetales de hoja verde. Evita los antibióticos innecesarios y consulta a un profesional de la salud si sospechas que tienes problemas digestivos.
4. tienes inflamación crónica
Existe un círculo vicioso en el que el exceso de tejido graso causa inflamación crónica generalizada y, a su vez, esta inflamación favorece el acúmulo de tejido graso. Puede alterar las señales hormonales que regulan el apetito y el metabolismo, llevando a un aumento de peso y resistencia a la insulina.
Este círculo no se rompe fácilmente, requiere trabajar de manera integrativa con profesionales de la salud.
- Solución:
Adopta una dieta antiinflamatoria rica en frutas, verduras, nueces, semillas, y pescado graso como el salmón. Evita los alimentos procesados, azúcares refinados y grasas trans. El ejercicio regular y técnicas de manejo del estrés como la meditación y el yoga también pueden ayudar a reducir la inflamación.
4. tienes estrés crónico
El estrés crónico hace que nuestro cortisol esté en aumento constante produciendo inflamación de los tejidos, entre ellos el tejido graso, que dejará de funcionar correctamente, además de estimular su crecimiento de manera constante. Además, es estrés crónico puede llevar a trastornos de la conducta alimentaria como los atracones.
- Solución:
Encuentra formas saludables de manejar el estrés. El ejercicio regular, la meditación, el yoga, o simplemente pasar tiempo en la naturaleza pueden ser muy efectivos. Asegúrate de dormir bien, ya que la falta de sueño también puede aumentar los niveles de cortisol.
concluisión
Si te cuesta perder peso, considera estos cinco factores. Cada persona es única y lo que funciona para una puede no funcionar para otra. Escucha a tu cuerpo y no dudes en buscar la ayuda de un profesional de la salud para guiarte en tu camino hacia una vida más saludable.

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